María Asunción Ramírez Mata
María Asunción tiene 40 años y es considerada como una mujer muy luchadora. Ha tenido una vida difícil. Cuando nació, su madre la abandonó en la puerta de la iglesia. Creció y se crió sin el calor de una familia en un orfanato dirigido por monjas. Cuando cumplió los 7 años fue adoptada por una pareja que no podía tener hijos. El formar parte de esta familia le hizo valorar más aún este concepto. Sentirse protegida, estar entre personas que lo dan todo por ti y sentirse muy querida. Estos sentimientos destacados influenciaron mucho en su vida, el valor de la familia significa mucho para ella.
Unos años después siendo muy jovencita se quedó embarazada, al principio tuvo sus dudas, pero entonces pensó en su vida pasada. Había aprendido a valorar la vida y ahora no podía negársela a una criatura, así que no abortó y tuvo el bebé, su familia en todo momento estuvo a su lado y ahora se siente afortunada de tener a su hijo con ella, le ha hecho muy feliz. Más tarde, después de todo, quiso dedicarse a la enseñanza para inculcar sus valores a los niños para que sepan enfrentarse a la vida. En su trabajo conoció al que sería su futuro marido. Se casaron por la iglesia ya que eran los dos católicos y tuvieron a su primer hijo 9 años menor que Daniel, su primer hijo. Al llevar una vida más familiar se planteó participar en este partido ya que le daba la oportunidad de poder defender aquellos valores que enseñaba en la escuela.
En este partido quiere luchar por los valores de la familia, el valor de la vida, muy importante para prosperar, la importancia del valor de seguir adelante. En definitiva, una mujer luchadora con una gran experiencia moral decidida a defender y a crear un mundo con valores, un mundo mejor.
Arturo García Pons
Arturo es un jóven de 28 años, emprendedor, soltero y sin hijos. Su sueño siempre ha sido poder defender a las personas e intentar ser justo ayudando a crear un mundo mejor. Su abuelo tuvo algo que ver sobre el pensamiento de justicia, ya que dedicó parte de su vida a ser misionero, ayudando a gente que lo necesitaba en Bolivia. No lo veía mucho pero su contacto semanal por carta fue suficiente para despertar en él su lado solidario. Siguiendo sus valores e ideales decidió estudiar derecho. Hace un par de años acabó la carrera y se puso a trabajar, a defender como él siempre había soñado. Pero pasados unos meses le brindaron la oportunidad de formar parte del partido en el que su abuelo trabajaba. Lo aceptó. Cogió el cargo con ilusión y fe, siguiendo sus ideales podía transmitir todo aquello que sentía él a los demás. Admiraba a su abuelo y quería que la gente supiera el bien que se podría hacer entre todos. Es un joven decidido, trabajador que intenta transmitir el mismo espíritu a la juventud, abrir y enfocar los ideales del partido a toda clase de público, es un aire fresco, con ideas emprendedoras, quizás el giro que necesita este partido.
Juan Antonio Casas Alsina
Juan Antonio es un hombre de 56 años con las ideas muy claras. Muy influenciado por la educación que recibió de sus padres. Un hombre responsable, respetable y conservador de los valores cristianos.
Ha vivido una infancia regida por el respeto y el miedo a expresarse libremente, por eso ahora teniendo la oportunidad de poder cambiar, quiere aplicar el concepto y los valores cristianos a nuestra vida. Ve en la actualidad una humanidad a la que se le está olvidando las normas de civismo, una humanidad que cada vez se desmadra más. Gracias a su infancia en tiempos duros puede valorar y sacar una cosa positiva de entonces, y es que gracias a los valores que el cristianismo imparte desde el momento en que nacemos y la educación que tenemos católica nos enseñan las normas y la educación para poder convivir con el mundo. Es muy importante tener unos valores a seguir.
“El mundo parece una selva donde nos comemos unos a los otros, sin piedad. Hay que cambiarlo, y el único modo es a partir de la religión, que nos enseña los valores a seguir, la educación y nuestro comportamiento, los conceptos, etc.”
Piensa que actualmente el concepto de familia se desvanece, la dignidad se pierde, el significado de la vida ya no importa. Hay que prohibir los abortos y la eutanasia porque va en contra de la vida, se debe valorar la familia, debemos vivir con el fin de crear un mundo justo y mejor pero hay que actuar ya y de una forma radical porque sino el problema del mundo irá a peor y no tendrá solución.
